sábado, 30 de abril de 2011

PRÁCTICA 9 FAMILIA Y ESCUELA





1. Qué responsabilidades educativas crees que tiene la familia desde la perspectiva de los profesores. ¿Y la escuela?

La educación es una responsabilidad demasiado grande para achacarla sólo a un agente educativo. Los padres y los docentes deben estar complementados y coordinados para que el niño crezca en los mismos valores, tanto en la escuela como en la familia, creando un ambiente estable y sobre todo, positivo.

Por tanto, no debe existir contradicción entre la familia y la escuela, de igual forma que es negativo que un padre contradiga a una madre delante de los niños y viceversa, lo son, los reproches entre docentes y familias que tanto se dan en la actualidad.

En muchas ocasiones, las relaciones entre los docentes y las familias son nulas o negativas, lo que contribuye a un desequilibrio en el alumno que puede acabar o bien en un abandono temprano de la educación o en una desmotivación considerable por falta de comprensión.

Y no sólo afirmamos que no debe haber contradicción entre estos dos agentes educativos sino que remarcamos que debe existir un vínculo bueno, constante y estable que asegure la comprensión del alumno.

Uno de los problemas de este vínculo es que en ocasiones la familia y la escuela se limitan únicamente a lo que consideran su responsabilidad, no implicándose en tareas que podrían tratarse como “adicionales” y que , en cambio, son esenciales para el beneficio de la escuela, la familia y sobre todo, el niño como hijo y como alumno.

Desde la perspectiva docente la familia juega un papel fundamental. Las familias, como los profesores, somos agentes socializadores que debemos implicarnos con el máximo ahínco y compromiso en las responsabilidades educativas.

No estamos hablando de algo banal, estamos hablando de educación y de seres humanos. La educación requiere de acciones coordinadas y conjuntas entre familias y docentes que posibiliten el pleno desarrollo de los alumnos e hijos.

Dicho lo cual, desde el punto de vista docente, las familias tienen que asumir la responsabilidad principal a la hora de educar a los niños en normas, valores, actitudes, costumbres, responsabilidades familiares (ayudar en casa), y habilidades sociales (aseo, comida vestido, etc). Y los docentes, la obligación y el compromiso de amplificar, ejemplarizar y reforzar todas estas conductas con nuestro comportamiento y la coherencia en el aula.

Por contra, los docentes debemos asumir el papel de actores principales en la enseñanza de conocimientos y/o estrategias educativas, en el aprendizaje de los niños en habilidades de interacción, en las habilidades sociales-verbales y en las de interacción. Tenemos que tener en cuenta que los niños no son meras hojas en blanco en las que podemos grabar desde el momento en el que pasan por nuestras manos todo lo que les enseñamos sino que tenemos que tener en cuenta que vienen ya con experiencias previas, que se las da la familia y que no debemos obviar.

Los padres, en la medida de su saber y posibilidades, (hace más el que quiere que el que puede) debe motivar, implicar, reforzar, promover y generar constancia en el estudio y vigilar las carencias o debilidades que estos vayan teniendo en su formación (lagunas), encargándose de tratarlas con el maestro para evitar que sufra contradicciones en su formación tanto educativa como psicológica y que encuentre entendimiento y comprensión tanto de los padres como de los profesores.


2. Qué responsabilidades educativas crees que tiene la escuela desde la perspectiva de los padres. ¿Y la familia?

Hoy es más común el reproche al docente, que la reprimenda y corrección al propio hijo. En muchos de los casos, la alta cualificación los padres y la incoherente infravaloración que denotan hacia los profesores está enfrentado a dos agentes de socialización primaria fundamentales.

Son dos instituciones que ni por el más mínimo instante deberían estar desafiadas. Deben trabajar a la par en toda circunstancia y momento. Persiguen el mismo fin y objetivo, la educación de sus hijos y alumnos.

Tras lo cual, diremos que hoy en día se elude alguna que otra responsabilidad por parte de los padres. Ya sea por los ritmos de trabajo, o por lo difícil de conciliar la vida familiar las escuelas y actividades extraescolares se están convirtiendo en un pequeño parking de seres humanos.

Los padres y las familias se sienten responsables principales de educar a los niños en normas, valores, actitudes, costumbres, responsabilidades familiares (ayudar en casa), y habilidades sociales (aseo, comida vestido, etc), pero aún sintiéndose, la realidad constata por factores varios que muchos no lo llevan a término. Creemos que en ese sector de familias, debe darse una mayor implicación en este sentido en buena parte de los padres.

En lo concerniente a la enseñanza de conocimientos y/o estrategias educativas, en la enseñanza de habilidades de interacción, en las habilidades sociales-verbales, los padres dejan en manos de los profesores estas responsabilidades. Bien es cierto, que muchos padres asumen la responsabilidad del refuerzo y están tremendamente involucrados en la evolución de sus hijos, condición ideal, y que suma un porcentaje alto a las familias que como debe ser, sí llevan a término el compromiso principal e ineludible de educar en normas, valores, actitudes, costumbres, responsabilidades familiares (ayudar en casa), y habilidades sociales (aseo, comida vestido, etc).

3. Cómo profesores, ¿crees que se podrían acercar estos contextos en la actualidad? ¿Cómo?

No sólo debe ser una creencia sino que nos debemos acercar, cuanto antes, dejando atrás esa separación infructuosa y que sólo produce efectos negativos tanto en los profesores, en la imagen de su profesión como en las familias por falta de comunicación con sus hijos.

El contexto familiar y el escolar tienen encargos ineludibles y comunes que nos obligan a dejar absurdeces y banalidades por el camino y que nos exigen, como todo fin común, remar en una misma dirección para no truncar ese preciado universo de las capacidades que aún quedan por desarrollar en cualquier niño/a.

Tenemos que empezar por priorizar, que las creencias y valores que poseemos unos pueden ser diametrales a los de los otros. Cada familia es un universo y los docentes debemos adaptarnos para que cada alumno se desarrolle plenamente. Así motivamos al alumno y le hacemos un gran favor; le ayudamos a que continúe en la escuela, a que no abandone los estudios, a que le guste lo que hace y que encuentre sentido al colegio y sobre todo, que lo relacione con su familia y lo que es más importante aún, con su vida.

Para nuestra enseñanza, los docentes podemos desplegar un amplio abanico de posibilidades, nuestra formación nos posibilita ceder ante la educación de las familias y nuestras estrategias encauzar a los alumnos en los valores en los que ha crecido y en su propia educación. Los padres no son nuestro rival, son nuestros compañeros, los que están a nuestro lado en esa batalla de la educación de un niño.

Debemos mejorar el canal de comunicación, la interacción entre niños, padres docentes y centro debe ser plena y constante. Se pueden promover jornadas de participación de los padres en el centro, involucrándose en la educación de sus hijos plenamente y conociendo la escuela a la que van sus hijos. Por ejemplo, un conocido instituto de Leganés, ha conseguido mejorar la participación de los padres en los colegios tomando, entre otras medidas, la siguiente: que los padres vayan a buscar obligatoriamente las notas de los alumnos. Así no sólo conocerán los resultados académicos de sus hijos, sino que tendrán la ocasión de hablar con el tutor o de conocer el centro con más profundidad.

La ayuda entre escuela y familia es imprescindible, si no la fomentamos, perderemos muchas inteligencias y desperdiciaremos muchas energías a sumar.

Los centros escolares deben ceder espacios de opinión a los padres, sumar ideas es siempre mejor que desestimar opiniones, los centros deben aceptar visiones familiares, nadie posee la mejor idea. Educar es enriquecer, y tanto padres como profesores deben mejorar unos con otros.

El centro debe estimular que los padres hagan propuestas, a todo humano, cuanto más se le tiene en cuenta, más se involucra, se debe potenciar el peso de las AMPA y la participación en las actividades de las aulas.


4. Desde las ideas anteriores, ¿a quién crees que le corresponden las siguientes tareas? ¿Por qué?

  1. Transmisión de normas, valores, costumbres, etc.
Esto corresponde en gran medida a la familia, la escuela debe continuar con el reforzamiento de estos valores que enseñan los padres. Hay que tener en cuenta que desde que un niño nace, se cría con sus familiares y los primeros años de vida son esenciales para nuestra formación como personas. Además también vemos cómo actúan nuestros padres ante determinadas situaciones y cómo se comportan en su día a día. Eso ya se lleva aprendido a la escuela, donde se tienen que reforzar esos aprendizajes positivos y mantener el hilo conductor (siempre y cuando haya sido un niño que haya crecido en contextos normales) sobre el que te has ido desarrollando en tus primeros años de vida para crear un clima estable en el niño.

  1. El desarrollo de habilidades sociales de autonomía; en las que se le enseñarían al niño actividades y estrategias para que aprenda a ser independiente, valerse por sí mismo; aprenda habilidades relacionadas con el aseo, comida, vestido; etc. Y habilidades de interacción: expresión de emociones, autoafirmación, habilidades sociales.
Por un lado, la familia enseña desde su perspectiva a que los niños sean autónomos e independientes en lo que concierne al ámbito extraescolar, les enseñan a comer solos o les quitan el pañal para que aprendan a ir al servicio, hecho que da también mucha libertad.

Pero también podríamos decir que en los primeros años de escuela, sobre todo en la educación infantil, se enseña a los niños a asearse o a atarse los cordones.

Sobre todo, en la escuela se fomentan las relaciones sociales. Es mucho más difícil en la familia tratar con más niños o si se coincide con ellos es complejo que interaccionen, en cambio, en el colegio, no les queda más remedio que convivir todos los días con niños de su edad y compartir o jugar juntos. También aprenden a expresar lo que sienten, si están a disgusto con alguna actividad o con algún compañero.

  1. Enseñanza de conocimientos y/o estrategias educativas.
Si nos referimos a conocimientos en cuanto a costumbres o valores, la familia juega un papel esencial en los primeros años de vida, donde los padres enseñan a sus hijos a hablar, a caminar, a comer etc.

Pero si estamos hablando más bien de conocimientos más específicos que no adquirirían de los padres y que, en cambio, son necesarios para el día a día, aquí ya sí que entraría en juego la escuela

Ésta se encarga no sólo de que los niños conozcan el mundo que tienen a su alrededor sino que sepan desenvolverse con soltura en las dificultades que se pueden encontrar y que empiecen a formarse para llegar lejos en la vida.

En cuanto a las estrategias educativas, los padres te pueden enseñar de un modo más bien general en la mayoría de los casos, cómo te puedes organizar para estudiar o para hacer un trabajo pero las estrategias básicas y esenciales las aprendes en la escuela.

  1. Enseñanza de normas y/o responsabilidades familiares. Aquí se incluyen conductas muy sencillas como colaborar en casa
La enseñanza de normas se hace tanto en las familias como en las escuelas.

Está claro que en casa tienes responsabilidades como las de cuidar tu habitación , recoger la mesa o los juguetes que dejas tirados. Con esto quiero decir que las normas familiares obviamente se adquieren en este entorno, pero también en la escuela, cuando se enseña a los niños a respetar el material de la clase, a sus compañeros, a hacer sus deberes y sus propios trabajos.

5. ¿Cuál sería vuestra conclusión en este debate Familia vs Escuela?

Irrenunciablemente padres y profesores deben acercar posturas, su objetivo es común. En educación, es fundamental la cooperación entre familia y escuela. Por principios y definición, no se puede entender la una sin la otra y la otra sin la una, deberían ser como moléculas gemelas que pertenecen al mismo ser, el niño/a que están educando.

Estamos enseñando a una misma persona, no es alumno en la escuela e hijo o famliar en casa sino que es un solo ser, que debe tratarse como único y ser enseñado como tal.

La educación debería verse como una contribución entre dos agentes socializadores primarios que cooperan por un mismo fin y objetivo, y no como una rivalidad, banal, perjudicial y absurda que sólo tiene un único perjudicado: el niño/a.

El entendimiento se encuentra en la colaboración y el respeto, las familias y la escuela tienen responsabilidades compartidas, sus aportaciones son complementarias y necesarias entre sí, la una sin la otra resulta pobre y escasa. Es por esto, que hoy como siempre, y como será en el mañana se hace imprescindible la colaboración y el entendimiento reciproco entre ambas.

1 comentario:

  1. La cooperación entre padres y profesores es la idea clave que se encontraba en esta práctica, habéis profundizado bastante bien en cada uno de estos contexto, en su conexión entre ello y en cómo aunque creemos que cada uno de ellos tienen unas responsabilidades diferentes en realidad todos trabajan hacia lo mismo. Me ha gustado mucho vuestras palabras sobre el tema y me gustaría citar cuando decís que "Estamos enseñando a una misma persona, no es alumno en la escuela e hijo o famliar en casa sino que es un solo ser, que debe tratarse como único y ser enseñado como tal". Creo que representa la esencia de lo que aquí habéis transmitido.
    Saludos
    SARA

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