jueves, 31 de marzo de 2011

¿Dificultades de aprendizaje o dificultades de enseñanza?

El artículo presenta el caso de un niño de tercero de educación primaria, a quien llamaremos R, que asistía a un colegio concertado de la provincia de Málaga. R iba más atrasado que el resto de sus compañeros en clase y como solución se contrata a un estudiante de Magisterio como profesor particular, además de asistir a clases de apoyo en el centro.




Con las lecturas de este primer tema hemos podido acercarnos al concepto e historia de la psicología de la educación ¿Has podido elaborar tu propio concepto de este término?
¿Qué relación puedes establecer con el tema expuesto en este artículo?

La psicología de la educación es la rama de la psicología que estudia los procesos mentales del niño que rigen su comportamiento, dentro de un contexto educativo.

En relación al tema expuesto en este artículo, el caso de R es un claro ejemplo de las limitaciones de la psicología en la escuela, en cuanto a aquellos lugares que quedan restringidos desde el mero conocimiento del campo psicológico. Estos casos requieren de una ciencia que estudie la psicología desde el campo educativo, donde las preocupaciones de la enseñanza y de la psicología se unan, cuyo único fin es la comprensión y la mejora de la educación.

Sin embargo, en el nuevo colegio de R el estudio de alternativas para mejorar su rendimiento dista mucho de parecerse a estas pautas que la psicología de la educación marca. Pues no se hace un estudio del contexto y de todas aquellas circunstancias educativas (que no sólo escolares) puedan afectar al comportamiento de R. Lejos de este razonamiento, las dificultades de aprendizaje de R se achacan a un problema neuropsicológico, que exige soluciones simplistas como profesoras particulares o ejercicios más sencillos.


Dificultades de aprendizaje o dificultades de enseñanza. ¿Realmente R es un mal alumno? ¿Qué factores estaban influyendo en todo ese proceso? ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Pero el problema de R no estaba en su cabeza: necesitaba la intervención de un orientador, de un psicólogo educativo que hubiera observado e interpretado el origen del problema. No obstante, nadie se había parado a  recapacitar sobre la situación que R vivía. Los malos resultados escolares habían aparecido al comenzar en un nuevo colegio, en una nueva provincia, en un nuevo entorno; pero la profesora no se preocupó lo suficiente por hablar con los padres ni se implicó en investigar el origen de sus dificultades, los padres se desentendieron del problema tomando la vía más rápida y sencilla: “R es un niño con dificultades de aprendizaje, con limitaciones académicas, para ello, aplicamos unas cuantas clases particulares para que alcance el ritmo de los demás”. Incluso la madre cayó en la cuenta de que el otro colegio podía tener un nivel académico más bajo que el actual, y que tales exigencias podían estar perjudicando a R, sin embargo, las medidas no variaron.

En el anterior colegio sus resultados no eran malos, era un buen alumno, pero esto cambió con su traslado de colegio, lo que demuestra que la aparición de una nueva circunstancia en su vida ha planteado un problema, pero nadie reparó en este pequeño detalle ni se implicó lo suficiente para averiguarlo. Cada colegio imparte unos contenidos y con un nivel de exigencia diferente incluso en cada clase, por ello cuando un alumno presenta dificultades en el aprendizaje, debemos considerar sus circunstancias para diagnosticar el origen del problema.

Así, destacan, en los factores influyentes en este proceso, la falta de un orientador y la elaboración de un diagnóstico superficial y sin criterio, que incluye a unos padres desinteresados y a una profesora distante, que muestra falta de disposición y atención por parte de la profesora a sus alumnos.

Conocer el caso de R: el traslado de colegio y de provincia junto con el repentino cambio en su rendimiento unido a la ineficaz postura de educadores y padres y el rechazo de R a las clases particulares y el material de apoyo, nos permite entender que R no es mal alumno, sino un niño que está desorientado en su nuevo entorno, lo que se ha sumado al hecho de etiquetarle como un niño con “dificultades de aprendizaje”, llevando un ritmo menor en comparación con sus compañeros y haciendo un sobreesfuerzo que acaba por agotarle. Todo ello le ofrece una baja autoestima y acaba por desmotivarle, pues R seguramente no pueda comprender qué le está afectando.

¿Qué pasos debería seguir el docente para favorecer o ayudar a R?
Para ayudar a R, el docente debería concertar una entrevista con sus padres para conocer la situación del niño (más si es nuevo en el colegio). Es necesario, que además le observe en clase y pida la supervisión de un orientador que detecte el problema y le dé unas pautas al docente para mejorar la situación.


1 comentario:

  1. Llevar a cabo estas diferentes prácticas os situa frente a diversos temas y posibilidades que se pueden plantear en un aula, de esta forma podéis reflexionar y pensar sobre cómo actuar ante ello. Habría sido interesante un poco más de profundidad en las ultimas preguntas.
    
Saludo

    SARA

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